sábado, 21 de febrero de 2009

El juego del óbito

>> Este es un año difícil. El tiempo transcurre cada vez más rápido debido al efecto reminiscencia. En estas semanas que he estado ''ausente'' he hecho cosas, sí, pero quizás la mitad de esas cosas no han sido lo que realmente habría querido hacer. He dibujado, he leído, aprobado, suspendido, conocido a ídolos después de algún concierto, y por supuesto, he escrito, y bastante, pero esta vez, sobre un regalo de navidad. Iré subiendo cosas poco a poco. He vuelto.
Cada vez sois más lo que me animáis a seguir escribiendo, a no abandonar el blog. Muchas gracias a los de siempre y a todos aquellos que se unen a la tripulación del barco gris. Mil gracias. <<

Este texto se lo dedico a la única persona en el mundo que quizás lo pueda entender.
[...]
Tráelos todos
adonde yo te espero.
Siempre estaremos solos,
siempre estaremos tú y yo
solos sobre la tierra,
para comenzar la vida!
Pablo Neruda. Siempre.

Se escapa la vida a rasguños, y va descapullando dolores con los misterios propios de la misma. Se escapan batiendo el aire las palomas que defienden, un día cualquiera, ser dignas del sueño de una boca arraigada al valor de los suspiros de una noche callada, ausente de sonrisas y llantos. Se destrozan las rodillas al caer vencido por la luna y, mirando al cielo, se borran las estrellas que marcan el camino de regreso a ser la persona que nunca fui, afable y cortés, sombrero de copa bajo el brazo y pitillo encendido tras la sonrisa temprana de una boca que lentamente se abría sin preguntas. 
Ahí llega el mercante cargado de flores envueltas en papeles pintados, en busca de nuevas señales, una segunda oportunidad y un currículo repleto de camas desechas.
El tiempo perdido atosiga las campanas que anunciaban que había llegado la calma, y resurgen las dudas, inconformismo y miedo que tan solo un alma fiel y honesta es capaz de paliar.
Y sin embargo, no todo el lapso perdido es el que estrangula. El juego del óbito, su grito no lo detiene. Antecede la tempestad. Se ata en el destello, en un temor y se pierde entre las olas del mar... y solo entonces... emerge su cabello.
XiViRiFlÁuTiC!!!

matias moreno aroca

matias moreno aroca

El grande